La cuenta corriente es un contrato bancario mediante el cual el cliente puede efectuar ingresos y realizar diversas operaciones con su dinero. Mediante la cuenta corriente se puede obtener dinero en los cajeros automáticos, en las ventanillas de los bancos, la realización de cheques, etc.
Una cuenta corriente puede ser abierta y administrada por una o por varias personas, teniendo acceso a la misma todas las personas que firman el contrato de apertura.
Principales puntos que proporciona una cuenta corriente:
- Prestaciones: el cliente que posee una cuenta corriente puede acceder a todos las prestaciones ofrecidas por las entidades financieras como por ejemplo préstamos, hipotecas, subvenciones, etc.
- Depósito: en la cuenta corriente se deposita y guarda el dinero de una persona. Además puede ser utilizado como medio de pago mediante las tarjetas o cheques asociados.
- Domiciliación de la nómina: las entidades financieras mediante la cuenta corriente ofrecen a sus clientes la domiciliación de la nómina de modo que se realiza el ingreso automático de la misma en la cuenta asociada.
- Domiciliación de recibos: el cliente puede indicar a la entidad financiera la domiciliación de recibos del agua, luz, etc. en su cuenta corriente para que sea descontado automáticamente el importe de los mismos.
- Traspasos y transferencias: mediante una cuenta corriente es posible la realización de traspasos y transferencias a otras cuentas.
- Productos asociados: los clientes que tiene una cuenta corriente pueden acceder a productos y ventajas ofrecidos por la entidad bancaria como planes de pensión, fondos de inversión, etc.
Comisiones: numerosas entidades cargan comisiones por las operaciones así como por el mantenimiento de las cuentas corrientes.
Begoña Bermúdez Fernández – Asociada EFPA 14023